Los bailes standard, destacan por la elegancia y majestuosidad de los mismos, debido en buen grado a los vestuarios usados por los bailarines.
La disciplina de los bailes standard es mucho más rígida y precisa que la de los bailes latinos, y por ello es necesario mucho tiempo para que una pareja de bailarines adquiera un nivel bueno en esta modalidad de baile.

Su compas es de 3×4, igual que el vals vienés pero más lento; su velocidad es de 28-30 bares por minuto, la mitad que el vienés. Su ritmo es Q-Q-Q y su conteo 1-2-3. Es el más fácil de los bailes estándar y el primero que se suele aprender.
Aunque la mayoría de las figuras son de tres pasos, abundan las figuras de cuatro pasos o incluso seis. Realizar estas figuras a su ritmo correcto puede ser el principal problema de este baile. Estas figuras dan mayor dinamismo a este baile. Cuando se combinan pasos rápidos con lentos y paradas, al ritmo de la música, se puede decir que se ha alcanzado el éxito.
Los pasos deben ser largos, lo que da al baile mayor elegancia, y el movimiento de rodilla en el primer paso debe ser el justo para dar la oscilación deseada. Salvo en alguna figura, no hay giros de tacón, y las subidas y bajadas son instintivas, por lo que el aprendizaje suele ser rápido.
En las figuras con giro, en el primer paso se produce una inclinación del eje del cuerpo llamada swing, que junto con las subidas y bajadas del cuerpo, producen un movimiento del bailarín muy característico de este baile.
También es el baile estándar más fácil de bailar en las pistas de baile social. Al ser lento, tienes más tiempo para improvisar y poder moverte entre los demás bailarines.
El tango argentino llegó a Europa a principios del siglo XX. Se presentó primeramente a las clases altas de la sociedad Parisina. El exotismo y los orígenes marginales del tango argentino, escandalizaron a la burguesa y esnobista clase alta, deseosa de emociones nuevas. Llegó primero a París, y de allí se extendió por toda Europa y por Estados Unidos.
Rápidamente intentaron bailarlo, imitando los sugestivos movimientos del nuevo baile. Esta imitación, en un primer momento, cayó con frecuencia en el ridículo, dando lugar a un tango que sería llamado «Tango Apache».
En 1922, los profesores ingleses hicieron un esfuerzo por dar una versión estandarizada del tango, y crearon su propia versión para la enseñanza en las escuelas de danza y para su presencia en las competiciones. Al principio se le llamo Tango Inglés.
El tango estilo inglés ha ido modificándose con el tiempo, con aportaciones de escuelas de otros países. La aportación más importante ha sido la italiana. Las aportaciones del americano Arthur Murray, creador del Tango de competición estilo americano, también influyeron en la escuela inglesa. La diferencia entre los dos estilos es que el americano permite posiciones abiertas.
Toda esta regulación ha dado como resultado un estilo de tango llamado internacional o europeo, que nada tiene que ver con el tango argentino.
El quickstep tiene un compás de 4×4, y se baila a una velocidad de 50-52 bares por minuto. El patrón rítmico más usado es el S,Q,Q,S, aunque tiene una gran variedad de patrones. También se usa bastante el S,Q,Q, aunque hay de todo.
Realmente, el quick es una progresión de pasos rápidos y lentos, que se combinan de múltiples maneras. El trabajar con diferentes patrones puede hacer más complicado el aprendizaje, pero mirando el lado positivo, este hecho te permite hacer un baile más variado y más adaptable a la música.
A parte de esto, la dificultad más importante de este baile se debe principalmente a la velocidad. Además de no tener tiempo para pensar, es difícil controlar la inercia del cuerpo, sobre todo cuando se combinan pasos rápidos con lentos, e incluso paradas, a un ritmo rápido.
Otra característica principal de este baile es la ligereza con la que los bailarines se desplazan por la pista, como si flotasen. Para que dé esa sensación, es importante bailar «con alegría» para que los pies apoyen en el suelo el menor tiempo posible. Las subidas (puntillas) y bajadas también ayudan a crear este efecto.
El quick tiene algunas figuras muy vistosas y divertidas que provienen del charleston. Son saltos, carreras, punteos, chasses de polka, etc. que mantienen el carácter alegre y alocado de sus orígenes. Además de bastante espacio en la pista, estas figuras requieren de una buena forma física.
Tiene un compás de 4×4, y la velocidad es de 28-30 bares por minutos. El patrón básico es S-Q-Q.
Es el más técnico de los bailes de salón y el más odiado por la mayoría de principiantes. Lo tiene todo, oscilaciones, inclinaciones, swing, pasos con puntas, giros de tacón, pasos lentos y rápidos, pasos largos y cortos, pasos por dentro de la pareja y pasos por fuera, etc.. El paso que más le identifica es el giro con tacones de la mujer.
Aunque las figuras son en principio sencillas, el hacerlas correctamente, teniendo en cuenta todos los aspectos técnicos de cada paso, no lo es. El aprendizaje requiere de mucha práctica para que el bailarín mecanice los movimientos con su técnica.
Para los principiantes hay una secuencia básica muy buena: «Feather step+Reverse Turn with finnish+Three step+Natural turn». Si se consigue hacerla correctamente se tiene mucho ganado, y entonces se podrían incluir otras figuras.
Los pasos deben ser largos y deslizados para que el resultado sea un baile fluido.
A un nivel más avanzado, no se realizan tantos cambios de ritmo como en vals inglés, ni tanta ondulación, pero se incluyen paradas en el baile, típicas del slow, que hay que saber hacerlas.
En las pistas de baile social es muy difícil verlo por la dificultad de su técnica.
El compás es 3×4, y la velocidad 58-60 bares por minuto. El patrón es Q-Q-Q, es decir, tres pasos con la misma duración. El ritmo viene definido por una pulsación fuerte de la música, que marca el comienzo del paso seguido de dos pulsaciones débiles.
La escasez de figuras hace que la técnica y la corrección de los pasos sean fundamentales. Una vez dominados los fleckerls, la monotonía es el gran problema en el entreno de este baile. El conseguir pasos más largos, sin perder la compostura, es un objetivo importante para conseguir darle al baile más vivacidad sin perder elegancia.
En el Vals Vienés de las competiciones americanas o vals estilo americano, se puede abrir la pareja, con lo que se amplían las posibilidades coreográficas. En este estilo existen muchas figuras, y algunas de ellas resultan bastante espectaculares. Los fleckerls son de la escuela americana.
En el estilo internacional la pareja siempre tiene que bailar en posición cerrada. Aunque tenga poca coreografía, gana en elegancia, que es la característica fundamental de este baile.
Los bailes latinos, a diferencia de los anteriores, se caracterizan por el espectáculo de luces y diversión.
Son por lo general bailes alegres y que contagian de ritmo a todos los asistentes. Quizás la Rumba-Bolero rompe la regla, siendo un baile muy sensual y erótico, hecho que le hace ser uno de los más preferidos junto con el Chachachá.

Es un baile de compás 2×4, con una velocidad de 50-52 bares por minuto. El compás 2×4 quiere decir que tiene dos pulsos de igual tiempo, pero en la samba, el segundo está más marcado. El conteo más frecuente, 1 y 2.
Es el baile más difícil de los latinos. Una de las dificultades es la combinación de un rebote de rodillas llamado «bounce», con un marcado movimiento de cadera. Este movimiento de cadera es específico de la samba, diferente de los movimientos de cadera de los demás ritmos latinos.
Otra de las dificultades que presenta este baile, son los diferentes patrones que utiliza. No sólo por cambiar el número de pasos, sino también la cadencia de ellos. Además del mencionado 1 y 2, existen diferentes ritmos o patrones que también son frecuentes, como el S-Q-Q.
La tercera gran dificultad es que hay figuras en espejo y otras que no lo son, y para pasar de una a otra hay que hacer un cambio de pie.
Lo importante para tener un buen estilo es manejar la flexión y estiramiento de rodillas que constantemente se produce al bailar. Este efecto se llama Bounce. Si se consigue combinarlo correctamente con el movimiento de caderas, ya se habrá dado un paso importante.
También hay que saber cambiar de pie (perder el paso) de varias maneras, y entender los diferentes patrones que se usan. A partir de aquí, aprender las figuras será fácil. Obligatorio es tener buenas coreografías con las figuras bien enlazadas para poder progresar.
El compás del chacha es de 4×4, con una velocidad de 30-32 bares por minuto. El conteo 2-3, 4-y-1, o mejor: 2-3, cha-cha-1.
Este conteo de debe a que hay que salir en el tiempo 2 del compás musical. Para salir al compás se puede hacer un paso previo con derecha adelante si eres chico (izquierda atrás si eres chica) o también se puede hacer un simple cambio de peso. Para comprobar que se lleva el ritmo, se tienen que escuchar dos golpes del tambor, que van casi juntos, justo cuando se está haciendo el chasse. Es decir, esos golpes de tambor son el tiempo 3 y 4 del compás, aunque el cuarto está sincopado para acentuar el último cha. Insisto en esto porque suele traer problemas a aquellos que han aprendido el cha social con el típico 1-2, 1-2-3.
Lo primero que hay que dominar es la energía que tiene el movimiento rápido de caderas del chasse. Para ello, hay que concentrarse en doblar las rodillas ligeramente y estirarlas rápidamente, y siempre procurando que el torso este quieto.
Por lo demás, el baile es el más fácil de aprender de los cinco latinos de competición.
En la mayoría de los pasos, el peso va primero en la punta del pie, apoyando el tacón después, aunque muchas veces es solo punta sin tacón.
Las piernas deben ir rectas cuando apoyan en el suelo, se doblan para dar el paso pero al pisar deben estar rectas. Una pierna sólo puede estar doblada si no se tiene el peso cargado en ella.
El baile se puede socializar fácilmente. Es decir, que muchas figuras del estilo internacional, se pueden adaptar al baile social.
El compás es de 4×4, y la velocidad es de 25-27 bares por minuto. El conteo es 2-3-4-y1. Esto es debido a que el compás musical tiene el segundo tiempo acentuado, porque lo lógico es tomar ese momento como inicio. Se puede salir al principio de compás con un paso previo o un cambio de peso que sea el tiempo 1.
La rumba-bolero es un baile de ritmo lento que nada tiene que ver con la rumba cubana. Es romántico y de seducción.
También es sencillo en sus pasos y figuras, pero requiere un toque artístico por parte de los bailarines, que ya no es tan fácil.
La rumba-bolero no sólo hay que bailarla, también hay que interpretarla. Esta interpretación no sólo se realiza a base de poner caritas. La formar de llevar el hombre a la mujer, de variar el ritmo alargando la pausa inicial para luego hacer pasos rápidos, cambios en las posiciones del cuerpo, y otras técnicas de baile, hacen que el baile transmita mucho más. Son técnicas que hay que aprender para sacarle el máximo partido a una coreografía. La expresión corporal es muy importante en la rumba. Sin ella, este baile no tendría sentido.
La sencillez de sus pasos y el ritmo lento hacen que sea un estilo muy adaptable al baile social.
El ritmo en el pasodoble es de 2×4, es decir, se acentúa cada dos pulsaciones. Su velocidad es de 60-62 bares por minuto. La realización de sus figuras suele hacerse en ocho tiempos, o en múltiplos de ocho, para poder ir con las estrofas y la música.
Las figuras no son especialmente complicadas, pero la diversidad de posiciones iniciales y finales de cada figura, hacen muy difícil bailarlo de forma improvisada o espontánea. Por eso, es el baile latino que más necesita de coreografías preestablecidas.
Además, es importante ir con la música de ocho en ocho, adaptándose a las partes musicales que suelen tener los temas, y a los silencios que las separan.
«España Cañí»; es un pasodoble muy típico, con un patrón de estrofas definido sobre el que se pueden hacer buenas coreografías. Este pasodoble se suele poner en muchas competiciones. Un paso característico del pasodoble es el «apel», que es un taconazo fuerte en el suelo con el que se inicia la figura; algunos ven una similitud con el momento en el que el torero cita o llama al toro.
El estilo y la estética se diferencian bastante del resto de bailes latinos, ya que el movimiento de cadera desaparece para el hombre y se difumina en la mujer. Es un baile con posturas, pasos y adornos que no están en los demás bailes latinos. El movimiento de brazos también es distinto al de los demás bailes latinos, ya que está basado en el baile español.
Las nociones que se tengan de flamenco o baile español son importantes para un competidor de alto nivel. En cualquier caso, es un baile que requiere ciertas dosis de interpretación. Seriedad, arrogancia, desafío, dramatismo, son sentimientos que los bailarines tienen que expresar con todo su cuerpo.
El compás del Jive es un 4×4, con una velocidad de 42-44 bares por minuto. Su ritmo es Q, Q, QyQ,QyQ, y el conteo más usado es el 1, 2, 3 y 4, 5 y 6.
El elemento característico del jive es el «chasse». Es importante hacerlo correctamente desde el principio. Hay que tener en cuenta cómo apoya el pie en el suelo, la intensidad del salto, y el ángulo entre los» chasses». El salto del «chasse» debe ser moderado, pero el levantamiento de los pies y el doblez de las rodillas deben verse claramente.
En el paso atrás también hay que aprender a coordinar los pies con el movimiento de brazos y el de la cadera. Unos pasos característicos del Jive son las patadas, como los «flicks», o los «kicks», o el «kick ball change», que se usan como adornos o van incluidos en algunas figuras.
Es un baile muy rápido y dinámico, que consume mucha energía a los bailarines. En las competiciones, además, se baila en último lugar, por lo que la condición física es importante.